En una etapa de mi vida sufrí una pérdida muy importante. Me generó un cambio en mi entorno familiar y comencé a manifestar ciertos comportamientos que para mí eran muy distintos. 

Yo me encontraba en plena etapa de desarrollo en donde más necesitaba del primer vínculo que formé en la etapa de la niñez, que son mis padres. Perdí completamente a esa figura paterna por situaciones normales de la vida, en las cuales carecía de conocimiento y de cómo afrontar una situación que para mí era nueva y muy diferente a lo que había vivido hasta la edad de 15 años.

 

Al tiempo de sufrir la pérdida comencé a presentar síntomas que eran extraños. Falta de apetito, higiene, interacción social y alejamiento del entorno familiar. 

 

Manifestaba algunas de las características mencionadas anteriormente y no podía percatarme del todo porque lo realizaba de manera inconsciente, pero a mi alrededor muchas de las personas más allegadas lograban identificar que algo estaba sucediendo. 

Pasé tres años sufriendo estos síntomas y sin buscar ayuda familiar, círculo social o profesional. Comencé a tener amistades no muy buenas y trataba de aliviar la tristeza mediante vicios y amistades no correctas.

 

Un día me paré al lado de mi cama teniendo ya 18 años y dijé “que estoy haciendo con mi vida, voy a seguir así siempre”. 

 

Decidí salir por mi propia cuenta de la situación en la que me encontraba. Conocí a una persona que, con el paso del tiempo se conviertió en novia, mejor amiga y sobre todo la persona que me motiva para salir adelante.

 

Mi vida tomó un giro de 180 grados

 

Comencé a buscar empleo y a buscar diferentes actividades para mantener mi mente ocupada y no recaer en una situación parecida de la cual me sería más difícil salir.

Cuando las personas presentan síntomas depresivos, algunas no buscan ayuda y se encierran en su propio mundo. De una situación como esta la persona no puede salir sola, necesita buscar ayuda de un profesional, familiar y en muchas situaciones una persona que lo ayude como lo fue en mi caso.

 

Tiempo después comencé a recibir ayuda terapéutica para superar ese duelo de haber perdido a mi  padre durante la etapa de la adolescencia.

 

Junto con la ayuda de mi novia logré superar esta situación ya que ella influye de manera positiva mostrándome  la vida desde otra perspectiva. Yo deseaba hacer cosas como estar en la universidad, trabajar y conseguir éxitos de manera individual. 

 

La depresión puede ser difícil en cualquier etapa de nuestra vida

 

La depresión puede ser difícil en cualquier etapa de nuestra vida, pero debemos de ser conscientes de lo que estamos sufriendo. Es importante buscar ayuda lo más pronto posible ya que en la mayoría de los casos no se puede salir solo de ello. 

Se necesita tener las herramientas necesarias de un profesional en estos temas ya que este brindará todos los modelos necesarios para trabajar y evolucionar mediante el proceso terapéutico de la persona. Los profesionales de la salud mental están capacitados para orientar a las personas en la superación de una depresión. 

 

Se puede superar todo, pero no haciéndolo solo.

 

Si te encuentras en una situación similar, recuerda que existimos muchas personas que salimos de esto y hoy en día tenemos un trabajo, estudiamos en la universidad y tenemos metas que alcanzar a lo largo de la vida.

¡Ánimo!

Fabrizi Juárez