Los codependientes son, como en muchos casos se les suele llamar: adictos afectivos. Los adictos afectivos dependen de otros para vivir, buscan gratificación en los otros como los adictos a la droga. Son individuos que sienten un gran temor al abandono, necesitan aferrarse a otros incluso cuando la compañía les cause dolor.

Por otro lado, el compañero del codependiente, estimula y propicia las conductas adictivas porque las necesita para afirmarse a sí mismo. Este tipo de conductas las ejecutan las personas incluso sin darse cuenta, pues han sido conductas adquiridas a lo largo de su vida. Pero llega el momento en que uno de los dos empieza a romper este patrón, inicia el alejamiento y produce la crisis. Esto los lleva a cuestionarse, buscar ayuda y descubrir los patrones adictivos.

La persona codependiente asfixia a su pareja con atenciones imperativas y absurdas porque necesita hacerse necesario para la otra persona y termina mendigando un poco de su atención, como por ejemplo:

 

No puedo vivir sin ti o ¿jamás me dejarás verdad?

 

Estas son frases muy utilizadas en una persona que depende de la otra, pero en realidad una relación de pareja no se trata de eso. Como personas y seres humanos debemos aprender a amarnos de la mejor manera posible para poder mostrar ese amor propio que nos tenemos, hacia la otra persona.

Y no significa que por tener una pareja vamos a dejar de realizar nuestras actividades. Cada relación necesita un momento de espacio de ambos lados y si comienzas a ver este tipo de patrones de comportamiento, una de las soluciones es hablarlo con tu pareja, quizá no se hayan dado cuenta y pueden trabajarlo.

Tomar una terapia de inicio individual y posteriormente de pareja, reforzará el nexo, continuará el proceso y así se obtendrán los resultados necesarios. Recuerda que son procesos difíciles, pero si quieres salvar el vínculo sentimental, existe una solución, no hay por qué negarse a intentarlo.

Fabrizi Juárez

Estudiante de 2° año de la carrera de Psicología Clínica